4. LA DESCRIPCIÓN

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INTRODUCCIÓN
1. EFICACIA Y CALIDAD
2. CÓMO VER LA NORMA
3. NORMAS GENERALES 
4. LA DESCRIPCIÓN
5. LA ORACIÓN
6. ACENTO ORTOGRÁFICO
7. CÓMO ILUSTRAR
8. EJEMPLOS
ADVERTENCIAS



SUGERENCIAS PARA UNA DESCRIPCIÓN


Para realizar una descripción, observa un objeto, cuadro o paisaje a tu alrededor, mantenlo enfocado mentalmente, asume un punto de vista, reflexiona y ponte a escribir lo que viene a tu corazón.
Observa

Hay quienes dicen: “Yo no soy muy observador”. Pero si quieres redactar una descripción, tendrás que observar detenidamente el objeto acerca del cual quieres escribir. ¿Cómo hablar de lo que no has observado?

Observar significa prestarle atención con todos tus sentidos. Piensa en cosas como: ¿Qué es? ¿Dónde se encuentra? ¿Cuál es el marco estético? ¿Cómo es? ¿Para qué sirve? ¿Cómo funciona? ¿Cuánto vale?

Si nunca desarrollaste la habilidad de observar, haz esto como un ejercicio cotidiano: Dedica el día lunes a observar las narices de las personas, su forma, tamaño y otras características; el martes observa orejas, el miércoles, peinados, el jueves, ojos. Después hazlo con árboles, flores y otras cosas, y procura escribir algo al respecto.

Asume un punto de vista

Otro paso consiste en asumir un punto de vista y darle una interpretación, reconociendo que nadie puede describir todos los detalles de un asunto. Una observación personal da lugar a un enfoque propio; y varios observadores pueden sumar enfoques y lograr una interpretación más amplia de las cosas. Pero sigue siendo una interpretación original. Otro grupo tal vez lo enfoque de otra manera.

  • De delante atrás. Mira una fotografía o pintura y piensa en lo que ves, comenzando desde lo más próximo hasta lo que ves al fondo.
  • De la estética al significado. Piensa en los colores y formas, y en lo que todo el conjunto significa para ti.
  • Del pasado al presente. Piensa en cuestiones del pasado relacionadas con su arte, su historia, sus causas y razones; y luego piensa en el presente, relacionándolo con lo que está sucediendo hoy, o en el futuro, en sus consecuencias, expectativas, efectos y propósitos.

Reflexionar

Otro paso consiste en reflexionar desde de la observación casual y superficial hasta una consideración profunda y meditativa de lo que viste. Puedes hacerlo simultáneamente y/o algún tiempo después de ver el objeto o de formarte un punto de vista.

Piensa en preguntas que te ayuden a enfocar el asunto en serio. Cosas como: ¿Quién, por qué y para qué lo hizo? ¿Cómo se refleja la personalidad, carácter e intenciones del autor en la obra? ¿Cómo lo relacionaré con mi redacción o tema? ¿Cómo se relaciona con mis lectores u oyentes? ¿Qué utilidad tiene para ellos y para mí?

Pon por escrito creativamente el resultado de los pasos anteriores escogiendo las palabras que mejor registren tus observaciones. Supongamos que viste la fotografía de una casa, en un bosque, situada al lado de un río, con una persona que navegaba en una canoa. Veamos diferentes maneras como alguien pudiera describirla:

  1. Veo una casa en un bosque, un río y un hombre navegando en una canoa.
  2. El agua del río fluye apaciblemente. Un hombre se desliza suavemente con su frágil canoa, y en la margen hay una hermosa casita de piedra y unas personas esperándole.
  3. La casita del bosque estaba rodeada por unas piedras enormes, como resguardada por los soldados de un castillo. El hombre se acercaba en una canoa después de un largo día de trabajo, esforzándose por mantener el curso. El río se había puesto un poco inquieto y rebelde. Llamó a voz en cuello y una mujer y dos niños salieron a saludarlo efusivamente bajo las delicadas gotitas de lluvia que cubrían sus cabezas anunciando el primer aguacero del invierno.

Las palabras son ideas que fluyen hasta donde les dices: "¡Basta!". Por ejemplo, mira todo lo que puedes escribir en torno a una sonrisa:

"Sonrisa"

"Una sonrisa."

"Una linda sonrisa."

"Una linda sonrisa brotó de sus labios."

"Una linda sonrisa brotó de sus inocentes labios de niña."

"Entonces vio que una linda sonrisa brotó de sus inocentes labios de niña."

"Nada podía consolarlo. Entonces vio que una linda sonrisa brotó de sus inocentes labios de niña."

"Nada podía consolarlo después de su fallecimiento. Entonces vio que una linda sonrisa brotó de sus inocentes labios de niña."

"Y aunque todos trataron de levantarle el ánimo, nada podía consolarlo después de su fallecimiento. Entonces vio que una linda sonrisa que brotó de sus inocentes labios de niña le decía que la vida tenía que seguir."

"Ella había sido su mentora y consejera. Y aunque todos trataron de decirle algo amable para levantarle el ánimo, nada podía consolarlo después de su sensible fallecimiento. Entonces vio que una linda sonrisa que brotó de sus inocentes labios de niña le decía que la vida tenía que seguir."

"Ahora tomó conciencia de que todo el tiempo ella había sido su mentora y consejera. Y aunque todos trataron de decirle algo amable para levantarle el ánimo, nada podía consolarlo después de su sensible fallecimiento. Entonces vio que una linda sonrisa que brotó de sus inocentes labios de niña le decía que la vida tenía que seguir. Y poco a poco comenzó a abrirle su corazón."

"No habían pasado muchos días. Ahora tomó conciencia de que todo el tiempo ella había sido su mentora y consejera. Y aunque todos trataron de decirle algo amable para levantarle el ánimo, nada podía consolarlo después de su sensible fallecimiento. Entonces vio que una linda sonrisa que brotó de sus inocentes labios de niña le decía que la vida tenía que seguir. Y poco a poco comenzó a abrirle su corazón. Se fueron caminando de la mano sin decir una sola palabra. Padre e hija llorando su pérdida."

Puliendo un poco el texto, puedes lograr algo así como esto:

"No habían pasado muchos días desde su sensible fallecimiento. Ahora tomaba conciencia de que aquella exigente mujer había resultado ser nada menos que su mejor consejera y mentora. Y aunque todos trataban de decirle algo amable para levantarle el ánimo, nada podía consolarlo. Hasta que una linda sonrisa brotó de los inocentes labios de su pequena hija, anunciando un nuevo día en su alma. La vida debía continuar. Entonces se tomaron fuertemente de la mano y se fueron andando colina abajo sin decir una sola frase. Padre e hija llorando su recuerdo. Poco a poco abrirían las ventanas de su corazón a los pajarillos que revoloteaban por el verde prado."

¡Suficiente! Como notarás, no existe límite para una descripción, aparte del propósito por el cual escribes y a quién va dirigida. El resto depende de tu observación, punto de vista, reflexión y, sobre todo, tu creatividad, la cual depende de que dejes volar tu imaginación.

ADVERTENCIA

Así como existen palabras, adjetivos y frases que suenan suaves y amables, también las hay que suenan duras y ofensivas. Por lo que debes pensar detenidamente en lo que dices, a fin de no herir innecesariamente al oyente o lector. Y aunque es cierto que no podrás impedir del todo ofender a alguien de vez en cuando, sobre todo si dices la verdad (no es por gusto que la humanidad acuñó la famosa frase "las verdades duelen"), hay corazones tan sensibles que jamás aceptan un "no" como respuesta, o tan dominantes que nunca se rodearían de personas que no se dejarían manipular por ellas. Estas se ofenden muy fácilmente aunque construyas las mejores frases y oraciones y les hables con la mayor suavidad.

No es que la suavidad no sea suficiente en su caso, sino que están acostumbradas a llevar la voz cantante en todo momento y ocasión. No soportan que otros tomen el control de una conversación. Todos son unos ignorantes a su lado, nadie les llega ni a los tobillos. Y tal como un ladrón primero observa si su víctima será una presa fácil, solo se juntan con quiénes se pongan a sus pies y les sigan la corriente en todo.

En todo caso, así como hay expresiones suaves, las hay duras. Por ejemplo:

"Sonrisa"

"Una sonrisa."

"Una macabra."

"Una horrible sonrisa macabra agrietó sus labios."

"Una horrible sonrisa macabra agrietó sus oscuros labios."

"Entonces vio que una horrible sonrisa macabra agrietó sus oscuros labios de codicia."

"Todo se agrió en su interior. Entonces vio que una horrible sonrisa macabra agrietó sus oscuros labios de codicia."

"Todo se agrió en su interior después de enterarse de su fracaso. Entonces vio que una horrible sonrisa macabra agrietó sus oscuros labios de codicia."

"Y aunque hizo todo lo posible con salirse con la suya, el corazón se le agrió tan pronto como se enteró de su fracaso. Entonces, una macabra sonrisa agrietó sus oscuros labios de codicia, y diseñó un plan para cortarle la garganta."

Sonó asqueroso y cruel, ¿verdad? Las palabras en general comunican el contenido, pero los adjetivos comunican el tono, la sensación, el sentimiento, la emoción, lo que no se puede mostrar como en una película. Los adjetivos son los que encienden la pantalla de la imaginación y pintan de colores lo que se dice.
Por eso, no digas: "Es que no soy una persona muy observadora". Simplemente mira detenidamente cualquier objeto, pintura o extensión de terreno a tu alrededor, mantenlo enfocado mentalmente, asume un punto de vista y reflexiona y escribe lo que veas en tu corazón. En el primer capítulo del famoso libro Apocalipsis, Dios inspiró ciertas visiones proféticas que se proyectarían milagrosamente en la mente del escritor, a quien dijo: "Lo que ves, escríbelo en un rollo y envíalo..." (Cap.1, vers.11) Entonces, el escritor escribió lo que vio en su mente.

Escribir de manera interesante no es otra cosa que pintar con palabras las imágenes que se van formando en la mente. Pero debes reflexionar cuidadosamente en las palabras, adjetivos y frases que selecciones para revestir cada concepto. Porque causarás un efecto específico en tus lectores y oyentes, lo que te asigna tácitamente una gran responsabilidad por las consecuencias.

"Imagina, luego escribe."

Otros ejemplos.
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